La importancia del PIB en las finanzas

La importancia del PIB en las finanzas

Ciertamente la importancia del PIB sigue estando vigente, ya que es un indicador muy tomado en cuenta. El Producto Interno Bruto (PIB) es una de las medidas más utilizadas de la producción de una economía. Se define como el valor total de los bienes y servicios producidos dentro de las fronteras de un país en un período de tiempo específico. Ya sea mensual, trimestral o anual.

El PIB es un indicador preciso del tamaño de una economía y la tasa de crecimiento del PIB es probablemente el mejor indicador del crecimiento económico, mientras que el PIB per cápita tiene una estrecha correlación con la tendencia de los niveles de vida a lo largo del tiempo.

¿Dónde radica la importancia del PIB?

Samuelson y Nordhaus resumen claramente la importancia de las cuentas nacionales y el PIB en su libro de texto fundamental “Economía”. Comparan la capacidad del PIB para dar una imagen general del estado de la economía con la de un satélite en el espacio que puede estudiar el clima en todo un continente.

El PIB permite a los responsables de la formulación de políticas y los bancos centrales juzgar si la economía se está contrayendo o expandiéndose, si necesita un impulso o una moderación, y si amenazas como una recesión o una inflación galopante se vislumbran en el horizonte.

Junto con políticas e instituciones mejor informadas, las cuentas nacionales han contribuido a una reducción significativa en la severidad de los ciclos económicos desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Cálculo del PIB

El PIB se puede calcular mediante el enfoque de gastos (la suma total de lo que todos en una economía gastaron durante un período determinado). O el enfoque de ingresos (el total de lo que todos ganaron). Ambos deberían producir el mismo resultado. Un tercer método, el enfoque de valor agregado, se utiliza para calcular el PIB por industria.

Primeramente, el PIB basado en el gasto produce valores tanto reales (ajustados a la inflación) como nominales. Mientras que el cálculo del PIB basado en los ingresos solo se realiza en valores nominales. El enfoque del gasto es el más común y se obtiene sumando el consumo total, el gasto público, la inversión y las exportaciones netas.

De igual forma, el PIB fluctúa debido al ciclo económico. Cuando la economía está en auge y el PIB está aumentando, llega un momento en que las presiones inflacionarias se acumulan rápidamente a medida que la mano de obra y la capacidad productiva se acercan a su plena utilización. Esto lleva al banco central a iniciar un ciclo de política monetaria más estricta para enfriar la economía sobrecalentada y sofocar la inflación.

A medida que suben las tasas de interés, las empresas y los consumidores recortan el gasto y la economía se desacelera. La desaceleración de la demanda lleva a las empresas a despedir empleados, lo que afecta aún más la confianza y la demanda del consumidor. Para romper este círculo vicioso, el banco central flexibiliza la política monetaria para estimular el crecimiento económico y el empleo hasta que la economía vuelva a estar en auge.

Otras consideraciones del PIB

El gasto del consumidor es el componente más importante. La confianza del consumidor, por tanto, tiene una influencia muy significativa en el crecimiento económico. Un nivel de confianza alto indica que los consumidores están dispuestos a gastar. Mientras que un nivel de confianza bajo refleja incertidumbre sobre el futuro y falta de voluntad para gastar.

La inversión empresarial es otro componente crítico del PIB, ya que aumenta la capacidad productiva e impulsa el empleo. Por ejemplo, dentro del marco del nuevo NAFTA o T-MEC, el clima de inversión se ha visto positivo, aumentando la inversión en México, Estados Unidos y Canadá unilateralmente.

El gasto público también adquiere una importancia particular como componente del PIB cuando tanto el gasto de los consumidores como la inversión empresarial disminuyen drásticamente. Por ejemplo, después de una recesión. Finalmente, un superávit en cuenta corriente también impulsa el PIB de una nación. Mientras que un déficit crónico es un lastre para el PIB.

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