La morosidad, ¿cómo la afrontan los bancos?

La morosidad, ¿cómo la afrontan los bancos?

La morosidad es un problema que afecta a todas las instituciones bancarias, porque hasta el momento, la legislación no permite tomar medidas más severas contra los deudores.

Esto por supuesto, representa importantes pérdidas, por lo que los bancos cada vez refinan más sus mecanismos para garantizar el pago de las deudas.

El personal de la banca dedicado a la lucha contra la morosidad y al recobro es prácticamente el único que aumenta en tiempos de crisis.

Todas las entidades han reforzado sus áreas dedicadas a la prevención y recuperación de los morosos, contratando nuevo personal o transfiriendo internamente trabajadores a esta área.

Pero, ¿qué acciones se están tomando para evitar el aumento de los deudores morosos a largo plazo?

Estrategias de los bancos para evitar la morosidad

Se realiza el refuerzo de los sistemas informáticos, con la adopción de nuevos criterios para detectar cambios en la situación financiera de los clientes.

Si los datos indican que puede haber problemas de impagos a futuro, vía sucursal se busca confirmar si la alerta está justificada y, en este caso, se buscan soluciones para evitar el problema, según un directivo del banco español Sabadell.

Las medidas que se pueden tomar para evitar el impago son varias y de distinto carácter. Muchas veces basta con sólo ampliar un poco el plazo de pago.

morosidad de los usuarios bancarios

Cuando no funcionan este tipo de alertas tempranas, o fallan las soluciones propuestas, y un crédito sufre un impago durante más de 90 días, todo el préstamo pasa a ser considerado moroso y como tal se queda en el balance del banco hasta que no se haya regularizado completamente.

En estos casos, los bancos empiezan a aplicar los instrumentos de cobranza ya bastante conocidos, dentro de un seguimiento estricto del cliente y su situación.

Si, por ejemplo, el deudor ha dejado de pagar durante un periodo pero sus circunstancias empiezan a mejorar, el banco suele ofrecerle un plan de pago, para que, junto con la cuota habitual de su préstamo, vaya pagando la deuda atrasada.

Sin embargo, también falta que el usuario mismo sea consciente de sus compromisos financieros. La poca educación financiera provoca que los deudores se vuelvan morosos.

Si tanto deudores como bancos toman en serio su responsabilidad, seguramente habrá menos llamadas y visitas que desgasten a los clientes.

Por supuesto, hay mecanismos de defensa del deudor. Sin embargo, es mejor evitar llegar a esas instancias y pagar lo más pronto posible.

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